Alma Que Se Descubre

Hay una serpiente de rosas que hacia ti crece,
y un lechoso río de estrellas que se desborda
convirtiéndote en el canto que ocupa mis años
e inundando de fuego fondos de mi palabra.

Hay un mar de estío perdido por tus caderas
y un cielo de noches en lo oculto de tus ojos,
y en tu boca unos gozos que me saben al vino
de Grecia y Roma, de estés conmigo, y sin medida.

Hay jilgueros que se acurrucan por tu melena,
los girasoles que se acunan entre tus pechos
y que a mis manos llegan como un redondo día.

Hay tardes que llueven siempre a través de tu espalda,
mariposas que elevan la campana del campo
y la luna que duerme en el agua de tu rosa.

0 Han dicho:

Todas las entradas